un día gris

Hoy sí que es un día típico de invierno. Por fin. Era hora de que llegara. Igual, como siempre pasa cuando uno quiere algo y ese algo llega a uno, ahora no lo quiero. Porque en este tipo de días me dan ganas de sentarme a ver película tras película tras película, comiendo pochoclos y acurrucada en el sillón del living tapada con mi frazada a cuadros.
Y eso es algo que no puedo hacer. Las obligaciones siempre están primero. Esto de ser "adulto" y tener cosas que cumplir a veces no está bueno. A veces sólo quisiera ser chiquita y pasarme las vacaciones de invierno haciendo nada, yendo con mamá al cine, viéndome con mis compañeras de colegio en alguna casa y jugar a lo que sea.
Igual alguna película voy a ver hoy, me lo merezco. Y voy a bajar y a comprar maiz en el negocio de abajo de casa. Y voy a cocinarme pochoclos dulces. Y voy a taparme con mi manta preferida. Pero no voy a tener vacaciones, las obligaciones siempre llaman y no podemos dejarlas colgadas. Ya no somos niños (por más que deseemos serlo).