viernes a la noche.

Estoy envejeciendo. Ya me estoy dando cuenta, y cada vez un poco más. Las cosas que ya no hago, la música que ya no escucho, las cosas que ya no entiendo, las cosas que pienso. Todo indica que me estoy haciendo vieja.
Pero no me desagrada, para nada. Aunque algún que otro día me agarro la cabeza cuando me doy cuenta del tiempo que pasó (ej. cuando me di cuenta de que verano del '98 fue hace 10 años, cuando yo tenía 10). Pero me gusta esto de envejecer. Me gusta esto de sentarme un viernes a la noche (después de haber comido helado) en la puerta de mi edificio con una amiga y hablar hablar y hablar de mil temas. De las cosas que hacíamos cuando éramos chicas, de nuestros amores pasados, de nuestras amistades pasadas, de los cds que escuchábamos, de cómo nos vestíamos, de cómo éramos hace 5 años. Y después de recordar el pasado volver al presente y analizarlo, hablar sin parar (porque ya no puedo parar de hablar) y sacar conclusiones (o no). Mirar un poco para adentro, mientras el viento mueve las hojas del árbol y ves a la gente que pasa por la calle, ver un auto con patente toda capicúa, fumarte un cigarrillo (esos cigarrillos de fin de semana) y ser feliz siendo como sos, estando ahi y no en algún otro lugar con la música a todo lo que da y esas luces blancas que tanto me molestan. Ser feliz estando sentada en la puerta de mi edificio con una amiga hablando y hablando y sólo eso.