Sentada en el colectivo en un asiento incómodo, pero asiento en fin. Extrañando a mi mp3 que ya no me hace compañía por estos días. Miro hacia adelante y ahí estaban: madre e hijo mirando por la ventana y leyendo todo lo que podían leer mientras reían sin parar. Y mi mente hizo un viaje hacia el pasado, 15 años al pasado por lo menos. Y ahí, en ese viaje mental, me vi a mí con mi mamá en las épocas en las que yo recién empezaba a leer. Me vi a mí viajando con mamá en colectivo y leyendo carteles que estaban en la calle. Me vi con mi mamá, riéndonos de las cosas que leía mal y festejando lo que leía bien. El viaje mental no fue eterno, volví al día de hoy y sonreí mientras seguía sentada en el colectivo mirando a ese nene y a su mamá.
Sentada en el colectivo en un asiento incómodo (una vez más). El 17 se desvía por motivos que todavía no logré descubrir. De repente llega hasta Av. Huergo y miro por la ventana y veo ese "Friday's". Mi mente vuelve a viajar, pero un poco más cerca: 4 años atrás. Y recordé cuando fui a comer por primera y única vez a ese lugar con mis compañeras de secundaria, festejando el fin de una etapa. Recordé el frío que hacía esa noche en Puerto Madero, recordé la no fiesta de egresados y la división del dinero (de la que me encargué yo) y de la desición de usar ese dinero para ir con amigas a comer a algún lado. Recordé esa hamburguesa gigante que, obviamente, no pude terminar. Recordé toda una etapa. Y volví. Volví al presente y volví al asiento incómodo del 17.
Sentada en el 17 (todavía), miro a los pasajeros. Entre uno de los que se estaba por bajar veo una cara familiar: un ex-compañero de la escuela. Lo saludo, me saluda y no llego a decirle nada más porque se baja. Y mi mente viaja otra vez a mis tiempos escolares. Y ahí me quedo un rato más, con la mirada perdida, pensando y recordando ese pasado que siempre tengo tan presente. Pero no por mucho tiempo: mi mente debe volver a su lugar porque ya es hora de bajarme del colectivo. Me levanto maldiciendo ese asiento más duro que una piedra, toco el timbre y bajo. Camino unos metros y ya estoy en casa.
Y mi mente, mi mente descansa después de tanto viaje.
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