lunes, mayo 19

ella II

Ella está sentada frente a su computadora. De fondo se escucha a Spinetta y ella canta sus canciones de ese disco que tanto, pero tanto le gusta (Para los árboles). Habla con su amiga mientras revisa las páginas de siempre y algunas nuevas leyendo cosas lindas. La ventana "ufa" parpadea, su amiga le habló. Se fija qué le dijo y encuentra esta palabra: "llueve". Ella, con toda la alegría, mira por la ventana que está a su derecha y, para su tristeza, no llueve en su avenida. Para confirmar mira directo a las luces de la calle, Nada, ni media gota.
Desilusionada gira hacia la computadora y sigue hablando. Mira otra vez por la ventana y ve algo: ve gotas, las gotas se hacen líneas de agua, oblicuas y las líneas se multiplican. Sonríe y abre la ventana para poder sentir el olor de la lluvia. Sigue sonriendo y mirando por la ventana. Las gotas empiezan a mojar el vidrio y a mojarla a ella. Están frías.
Cierra la ventana pero no baja la persiana (aunque su madre ya pasó por su puerta diciéndole que la baje). Mira un poco más y la llaman para ir a comer. Se levanta, baja la persiana y se va a la cocina, sonriendo y oliendo el aroma de la lluvia que ya está en toda su casa.
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Ella juega en el sillón, está descalza. Algo sobrenatural no la desplaza. Sólo está sentada, acurrucada mientras lee un poco. Ya no tiene tanto tiempo para leer como en el verano, entonces quiere aprovechar ese ratito mientras se vuelve a acomodar en el sillón.
"Hay que cambiar el asiento con el del otro sillón", piensa. Pero está demasiado cansda y le parece que ya encontró la comodidad y no quisiera perderla.
Llega al final de un cuento y se detiene. No está del todo concentrada y no vale la pena leer si no presta atención a lo que lee. Deja el libro y prende la tv. Como siempre no hay nada para ver (eso que ahora tiene cable), así que pone el canal de música y sube el volumen. Se cambia de sillón para poder mirar por la ventana; ya es de noche y la avenida está toda iluminada con esa luz anaranjada. En los edificios de enfrente hay varias habitaciones con las luces encendidas.
Ella piensa qué hará esa gente este día domingo. Siempre se pregunta si a ella sola le desagradan tanto los domingos, si a ella sola le parece un día triste, un día para pasarlo acostada o (como ella en este instante) acurrucada en un sillón. Alguien debe disfrutar los domingos, alguien debe ser feliz en estos días.
Ella se alegra por los que son felices los domingos, aún cuando lo único que ella quiere es que las horas se pasen y que llegue el lunes.

1 comentario:

ces dijo...

ella y yo tenemos algunas similitudes ^-^

los domingos duermen, todo duerme los domingos, estan llenos de ese silencio, que a veces nos tranquiliza y a veces nos desespera, los domingos son casas cerradas, musica bajita, siesta quieta.

en cambio la lluvia, es bailar de alegria, es un riego a tiempo, es lavarnos la mirada, yo espero ansiosa a que llueva, mas ahora que mis amigas me regalaron un paraguas transparente =)

un beso grande flore!

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i'm a real nowhere woman, sitting in my nowhere land, making all my nowhere plans for nobody.. am i not a bit like you?