martes, septiembre 2

cuento


Hace un tiempo que ya venía notando lo gris de su vida. Lo gris de su mundo. Las primeras veces fue algo sutil lo que le sembró la duda: el no darse cuenta de si el día era soleado o no, el no notar nada a su alrededor cuando caminaba para ir a trabajar. Pero las sutilezas se habían acumulado y ahora tenía una clara sensación de estar atrapado en un mundo de fantasmas. Miraba a su alrededor mientras caminaba y veía a las personas moviéndose como si todos fueran parte de una gran coreografía, pero no de una buena: la gente caminaba por las calles con el paso cansino, la cabeza mirando hacia abajo, o mirando hacia la nada, los ojos carentes de expresión.
Y se había convertido en uno más, en uno de ellos. Sin darse cuenta se había dejado arrastrar por todos esos oficinistas con la mirada perdida que tanto le desagradaron alguna vez. Era uno más caminando por la ciudad con el mismo destino.
Pero se despertó. Y a tiempo. Siempre hay tiempo. Tiempo para replantearse decisiones erróneas. Tiempo para buscar la expresión de sus ojos. Tiempo para no ser uno más de todos esos que se ven caminando por las calles de Buenos Aires. Tiempo para alzar la cabeza, mirar el sol y sonreir.

1 comentario:

Anónimo dijo...

aggggh, cómo que no tenes un jardin!? yo, te digo, no podria vivir en un dpto :/ te voy a pintar un cuadro asi de grande, bien "primaveresco" para que lo pongas por ahi, en una pared de tu dpto y y y asi podes ver flores cuando vos quieras... claro no va a ser lo mismo, porque no vas a sentir el olor, peeeeero esa tarea de que te regalen algun flor que tenga un aroma rico (jazmines, son mis preferidas) se la dejo a tu principe azul (?).

yo me identifiqué con ese tipo que describiste, y si ...siempre hay tiempo para abrir los ojos...SIEMPRE..

hola Floretta! :D

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i'm a real nowhere woman, sitting in my nowhere land, making all my nowhere plans for nobody.. am i not a bit like you?