Propias o ajenas. Caen una tras otra, sin dejarme tiempo para tomar aire, sin dejarme tiempo para pensar, para buscar soluciones o sólo para aceptar lo que pasó. Siempre hay un mes en el año (o varios si somos pesimistas) en el que pasa todo lo que no te pasó en los otros 335 días. Junio parece ser ese mes... aunque también mayo tuvo su parte.
Quisiera un momento para poder tomar aire, para poder inspirar bien profundo y expirar. Quisiera un momento de tregua. Pero queremos lo que no tenemos. Ésa creo yo que debe ser la ley fundamental de la vida.
Y la lluvia que sigue golpeando mi ventana.
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