empezar otra vez

Una vez más: 8 am y yo parada ahí, esperando que se abra una puerta, mirando a todos con sus guardapolvos blancos puestos, recordar lo que sentía el primer día hace un año.
Una vez más: la puerta se abrió, dijeron mi nombre y entré. El lugar no era el mismo que yo conocía (la cátedra no era la misma, era comprensible, pero yo esperaba que fuera todo igual), la gente no era la misma que el año pasado. Yo no era la misma.
Una vez más: me senté en mi sector correspondiente, miré el preparado (hasta eso había cambiado, tenía un brazo frente a mi, no esos huesos de la primera clase hace un año atrás). Me presenté, escuché las otras presentaciones de mis 9 compañeros y la de mi ayudante, escuché la charla introductoria (otro cambio más: no hubo un teórico inicial como yo esperaba, ni un parcialito demoledor) dada por mi ayudante y me sentí rara. Me dediqué a observar: a mirar a los nuevos, a los que por primera vez entraban a un aula de anatomía y miraban un preparado. Escuché las preguntas tontas que alguna vez yo hice. Vi cómo se perdían en datos que no tienen sentido, como alguna vez yo me perdía. Me identifiqué con cada uno de ellos, en todos ellos había algo de mi.
Una vez más: empecé primer año, esperemos que esta vez todo salga bien y no tenga que tomar medidas que no quiero, ni que las cosas que pasan por mi mente en mis días pesimistas se hagan realidad.