llegar a niceto caminando rápido (porque era tarde) y bajo la lluvia después de un viaje en colectivo particularmente lento, entrar y empezar a escuchar la música previa al recital que te va aclimatando para lo que va a venir. verlo salir con la gente de siempre y escuchar su voz y ya... y te vas a un lugar feliz, y bailás al ritmo de la música sin que te importe nada más, sólo él y sus canciones, y sonreís y sos feliz.
eso es lisandro aristimuño para mi. la felicidad misma.
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